lunes, 9 de abril de 2012

¡Gracias a la vida!♪


Cuando te pasas veinte años de tu vida esperando la felicidad, y cada día estas más cerca de encontrarla, no sé si existen palabras para describir todo lo que se siente.
Cuando tanto malestar cese, cuando tanto dolor mengue y pueda mirarme y decir ¡Que feliz que soy!, ¿Dónde van a estar todos los que se divierten a costa de los problemas de otros? Creo que ya no me va a importar.
Entonces mi sonrisa, va a ser más importante que cualquier comentario, y mis ganas de correr por las calles gritando “Soy feliz” van a ser incontenibles.
La vida entera nos pasamos escuchando hablar de la felicidad, y juraría que a muchos nos cuesta definirla. Sin embargo, cuando se presenta de forma tan clara y te está esperando desde el futuro para abrazarte para siempre, ya sobran las palabras y no alcanzan las emociones.
Finalmente, y después de tanto tiempo, la vida empieza a cobrar el sentido que quería y todo lo que antes parecía utopía hoy se palpa y se siente de otra manera.
Hoy si, puedo agradecerle a la vida, porque al final algo de cierto debía haber en aquello de “Después de la tormenta siempre sale el sol”. Ésta tormenta ha sido larga, difícil, tediosa pero justamente por eso, tal vez, el sol que salga a partir de ahora sea más grande, fuerte y cálido de lo que esperaba.
Tal vez algún día los escuche reírse, y ya no me sienta mal.

Felicidad, vení rápido que acá te estoy esperando.
Desde hace mucho.
Desde toda la vida.