miércoles, 30 de noviembre de 2011

El amor, despues del amor...


Una vida les había llevado darse cuenta de cuanto se querían. Y ahora, todo era imposible.
El tiempo nunca es un buen amigo, y siempre está ahí para recordarnos que ya no somos los mismos.
Y ellos ya no eran los mismos ,claramente.
Ni su cuerpo, ni su mente ni su corazón. Pero algo no había cambiado nunca y es aquello que los uniría para siempre. Aún tenían la misma piel.
Los años pasan rápido y nos dejan siempre un sabor amargo de las cosas que no pudimos hacer, de todo lo que no nos reímos, de lo mucho que lloramos a veces en vano.


Les bastó un segundo para darse cuenta de cuanto se habían extrañado. Y para confirmar, después de toda una vida, que sí, efectivamente, estaban hechos el uno para el otro.
Pero la vida no siempre nos deja jugar cuando uno cree que es su turno. Y en este caso, a él, la vida le había marcado un stop que no podría saltear aunque quisiera con todas sus fuerzas. Y vaya si ahora no quería, al menos por un minuto, volver el tiempo atrás.
Sostener su mano sin sentir todo el tiempo los minutos pasar, sin pensar continuamente que ese podía ser su minuto final.
Volver a verla reír y correr, como cuando el paso del tiempo aún no había marchitado sus cuerpos. Volver a sentir el olor de su piel, y amarla sin dudar ni por un segundo de que era la mujer de su vida.
Proyectar una vida juntos y pensar en los nombres de sus futuros hijos.
Pero no se pudo. Los tiempos no eran los mismos que ahora, y amarse a veces parecía un pecado.


Pero ahí estaba ella de vuelta, para volver a sonreírle y demostrarle que a veces no todo está tan mal como parece.
Para hablarle al oído, y decirle “Acá estoy, y aunque no lo creas nunca me fui”.
Para amarlo, aunque en silencio, por ultima vez.
La vida siempre tuvo esas cosas, siempre nos endulzó para después quitarnos, siempre nos dio más de lo que pedíamos y se llevó mucho más de lo que queríamos dar.
La vida había pasado, y ahora había una nueva etapa.
Sostuvo su mano por ultima vez, sus ojos chocaron de frente una vez más. La ultima vez.
No había fuerza ya para decir nada más, y tampoco hacía falta.
La miró, sonrió y entendió que a veces la vida, o la muerte, nos da segundas oportunidades.
Y se prometió esperarla, como lo hizo toda la vida, pero desde un lugar más tranquilo y lleno de paz.
El lugar que los cobijaría ahora sí, para siempre.

domingo, 27 de noviembre de 2011

¡Feliz cumpleaños, hermosa!

Si me pongo a pensar, en que hubiera sido de mi año sin haberte conocido es inevitable una mueca de aburrimiento y tristeza.
¿Con quién compartir tantas charlas de la vida? Y sobre todo ¿Con quién maldecir a todo y a todos por lo “mal que nos va en la vida”? jaja.
Inteligente, segura y divertida. Buena actriz, avasallante y rompe corazones. Leal, aunque muchas veces pienses que no.
La compañera de todas mis aventuras este año, de miles de risas y unas cuantas lágrimas. La que promete venganza ante cada uno de los que me lastima y asegura diversión cuando algo no da para más.
Pesimista por naturaleza, pero optimista por convicción.
La vida, este camino raro y casi siempre turbio en el que nos toca transitar, te enseña de a poco y con paciencia cuales son las personas que de verdad valen la pena, cuales son aquellas que han sido un regalo del destino, y han aparecido para acompañarte, tal vez por siempre, en este siempre oscuro pero a veces hermoso sendero.
A mí, hoy, poder decir que sos mi amiga me llena el pecho de orgullo. Sí, con lo distintas que somos.
Con lo cursi que soy, y lo mucho que te estarás riendo de “sendero” y demás palabras...
Con tu tremenda personalidad y lo pelotuda que soy a veces…
Con tu puto y mi puto…
Con Drexler y Coldplay…
y así, casi sin darnos cuenta, se nos pasó un año desde aquella vez en donde sólo conocíamos nuestros nombres pero que ambas recordamos muy bien.
Un año del “No me gusta que me digan María” y el “Hago teatro desde chiquita, porque es lo que más feliz me hace”.
¿Te acordas?¿ Te acordas como éramos? ¡Cuánto crecimos, aunque creamos que no!
Gracias, hermosa, por compartir todo tu año conmigo.
Por prestarme a tu familia, cuando la distancia de mi casa se hace enorme.
Por hacerme reír, tanto!
Por escucharme llorar, escribir, putear y demás sin que tengas nada que ver pero bancandotelá.
Por aparecer y por haberte quedado.
Por saber que puedo confiar en vos, que efectivamente siempre estás ahí.
Y recordá, que nunca hay que dejar de sonreír por nada y sobre todo por nadie. Sencillamente porque una nunca sabe quién se puede enamorar de una, tal vez en la calle. (Jajajaja)
Te vi, cruzaaaaar la calle y algo crujió dentro de mi…

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, CONCHU!
Que seas SIEMPRE muy feliz, sabes que acá estaré siempre para retarte cuando sea necesario, y para reírnos hasta llorar cuando la vida se nos siga cagando de risa.
Te quiero mucho (Así, cursi como soy)
=D

pd: Los blog están hechos para vos, porteñita! Jajaja.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Esperar

Necesito.
Te necesito y te odio.
Todo el tiempo.
No te necesito, pero te amo.
Vas volves te vas y volves a venir. Y yo siempre acá, esperando. Haciendomé la que vivo con normalidad cuando en realidad no hago más que esperarte todo el tiempo. Y a veces hasta sin darme cuenta.
Te odio, siempre que puedo.
Te amo, siempre.
Y en el medio, intento vivir con todo esto que dentro de mi vida ocupa el papel principal.
El motor que a veces me ayuda a levantarme y el mismo que a veces me obliga a sonreír cuando el alma me cuenta los segundos, como una bomba de tiempo…
Sos todo lo que necesito, y todo aquello que no quiero tener. Todo en uno.
Como un combo odioso que no elegí comprar, pero que me regalaron. Con las mejores opciones del mundo, pero con un plus que tira todo a perder.
¿Cuánto más de todo esto me va a tocar vivir? Cuando digo que necesito no necesitarte no exagero.
Necesito dejar de sonreír cuando por algo aparece tu nombre…
Y darme cuenta, después de las mil señales que me dio el puto destino, que no soy para vos. O no sos para mi.
Y mientras tanto me pongo a pensar, porque perdí tanto tiempo hipnotizada en tu sonrisa, porqué no pensé antes en la realidad…
Bajar los brazos no es de valiente, ya lo sé, pero vivir atrás de una ilusión sin futuro no me hace más luchadora…
Ojalá llegué el día en que pases a ser en mi vida, solamente una persona más. Así como yo soy una más en tu vida.
Y el “Chau, hasta siempre” sea autentico, y vaya mucho más allá de la ilusión de olvidarte.
Ojala me leas algún día, y te ayude a entenderme.
Mientras tanto seguiré intentando pronunciar un adiós, aunque con el alma cascoteada…
Te odio, en perfecta proporción a todo lo que te amo.-

jueves, 17 de noviembre de 2011

¡Foba B!


De vez en cuando, y cuando la vida se pone rara, uno se plantea de verdad para qué cosas ha nacido y entonces el álbum fotográfico de la memoria te regala las mejores imágenes de tu vida, para que vos saques tus propias conclusiones.
Y ahí, aparece siempre presente, ese maravilloso lugar con la magia más inexplicable del mundo.
Lo podemos banalizar y decir que solo es “un trozo de madera” o podemos decir la verdad y reconocer, que es el único lugar en el mundo en el que somos enteramente felices. Y vaya si eso no es importante.
El único lugar en el que tus problemas no están, básicamente porque no sos vos.
El único lugar en donde solo juega el corazón…
Llega el día, no dormís, no comes, te explota el estómago de nervios ¡Pero que feliz que sos!
Nunca falta un mate ni una charla con los compañeros, una mano que te ayuda a terminar con los detalles, algún último retito del profesor…
Y cuando menos lo esperas, estas ahí arriba, encandilado por esas hermosas luces y dispuesto a entregar tu vida y tu alma si es necesario.
Te bajas, festejas, saludas y te vas.
La valija se tiene que llenar otra vez, otra vez volves a casa. Con mamá y papá.
Pero claro, no se parece en nada a esa valija llena de hace 9 meses atrás.
Ahora pesa mucho más, porque con vos te llevas a muchas personas. Porque los kilómetros no te van a separar.
Y finalmente, lagrima/sonrisa mediante, te das cuenta y de una vez por todas ¡Cuánto creciste este año!
Gracias a la vida, por permitirme encontrarlos y encontrarme.
Y por ayudarme a entender un poco, de que se trata esto de vivir.
¡Los quiero!