martes, 7 de mayo de 2013

Futurista.


Si cierra los ojos e intenta llenar su cuerpo de imágenes de él no le cuesta demasiado.Aunque si estuviese obligada a ponerle fechas y lugares estaría en un aprietos. Es que ¡Le ha sido siempre tan difícil detenerse a mirar el tiempo cuando la situación es amena! que ha despojado casi por completo de su vida los relojes y calendarios. Se niega rotundamente a andar por la vida secundada por detrás por el maldito tiempo que se ha empeñado en no parar por nada del mundo. ¿Cómo es posible que sea tan insolente? No le van a venir a decir a ella, que el tiempo es un maldito enemigo que juega siempre de local.Que ella lo sabe bien. Mucho mejor de lo que le gustaría saberlo.Porque no ha hecho otra cosa desde hace 30 años que desear que el puto tiempo hubiera dejado de correr aquél 30 de septiembre de 1983. La única fecha en su vida que recuerda con tamaña exactitud.
No le es posible precisar aun hoy, la forma en que los ojos de aquél muchacho le cambiaron la vida para siempre. Y vaya si no ha sido así. No ha logrado en estos malditos treinta años ni lo logrará nunca, borrarlos por completo de su memoria. A veces, juegan a la escondida en su cabeza y se pierden por unos meses. Hasta que un buen día y como quien no quiere la cosa se hacen presentes en la mirada de un mozo o un vendedor ambulante. O la espían con sigilo desde la puerta del baño mientras ella canturrea bajito alguna de Serrat acomodando la ropa.
Cuando algunos días de la semana el recuerdo se le hace tan enorme que le nubla los ojos de lágrimas pesadas y decide sentarse a recordarlo como ella cree que se merece,ubica la silla en la cabecera, calienta el agua y ríe a carcajadas. Porque así, vive eternamente en el aire el dueño absoluto e indiscutible de su alma.
Al final-piensa y sonríe entre lágrimas-fue casi como regalarle mi vida. Y no se equivoca.
Porque desde aquél día en que ese terrible par de ojos enormes y esa sonrisa sublime inundaron sus pupilas,no le dejaron otra alternativa más que vivir solo por respeto a la posibilidad que algún día le dieron de dejar de ser un efímero espermatozoide para asomar el hocico en éste mundo.
Cuando le abre paso a los calendarios antiguos, aquellos que forman parte del indiscutible historial de su vida, puede finalmente calcular que los años de "tenerlo sin tenerlo" le ganaron por goleada a las de estrecharlo en un abrazo.
Entre los cálculos de su vida, y un poco borroneado por las tantas lágrimas y los muchos "te extraño" al viento, se vislumbra fácilmente la ecuación de su vida. Fue un año y 4 meses de poder ver su sonrisa todos los días, y 29 años y 8 meses de sentir su perfume en todos los putos rincones de su casa. Día tras día. Hora tras hora.
Nunca más, en lo que va de su vida, ha vuelto a verlo en persona. Aunque lo sienta presente todo el tiempo. Aunque los "te quiero" y los "Sos muy hermoso" se le atraganten continuamente en la garganta.Aunque sepa, a ciencia cierta, que él aun existe por supuesto en algún lado. Que vive y desparrama su belleza con total impunidad. Que alguien sí lo estrecha en un abrazo cada día y dispara "te quieros" como en una balacera.
Aunque sepa, con el corazón hecho pedazos y el alma rifada hace rato, que nunca fue suyo pero siempre le perteneció.