viernes, 24 de junio de 2011

Tiempo de descuento...


A veces no se puede. A veces no.

A veces lo mejor es pararse en la mitad del camino, mirar un poco para ambos lados y replantearse unas cuantas veces si vale la pena o no seguir caminando.

Y cuando la respuesta es ¡NO! Pocas veces sabes que hacer. ¿Dónde te metes las ilusiones, las horas perdidas, las lágrimas y el futuro soñado? Donde te plazca, o donde puedas.
Te quedas mirando cómo pasa la vida, como otros se relamen de alegría ante tu fracaso, ante tu imposibilidad de seguir remándola. Porque no podes, simplemente no podes.
Entonces te preguntas cuantas noches de tu vida te pasaste imaginando algo que tal vez jamás vaya a pasar.
Pensas en que hubiera sido de tu vida si tal vez nunca lo hubieras conocido. ¿Serías más feliz? ¿O al menos tendrías que recordarlo como “El primero que me permitió soñar con que mi vida podía ser perfecta”?

Te reís, porque te causas gracia. Porque no podes creer que a veces llegues a ser tan ingenua, tan sensible… ¡Tan boluda!

¡Cuantos días que soñaste y al final, jamás vas a vivir!.
¡Cuántos abrazos que te van a quedar en stock!.
¡Cuántos besos que se van a echar a perder!.

Y si, al final Sabina tenía razón “No hay nostalgia peor, que añorar lo que nunca jamás sucedió”
Já, ¿El tiro? En la frente si es posible, por favor.

María Emilia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario