martes, 11 de octubre de 2011

Reloj de arena.-


Y apareces. Como de la nada. Como si lo hicieras apropósito, pero sin querer.
Regalando de vuelta, por doquier, esa sonrisa que aún me es difícil de explicar:
Interminable, llena de vida, de alegría.
Dueño de una boca prometedora de los mejores besos, y de unos ojos que pueden hacerte soñar, otra vez sin que vos te des cuenta.

Te vas y volvés, todo el tiempo. Me contas los minutos, como un puto reloj de arena que cuando siento que se vació, aún tiene la otra mitad llena.
Y me tiras abajo, de un solo soplido, un ingenuo castillo de naipes que con mucha paciencia había logrado armar.
Sigo sin entender, aun conociéndote como lo hago, cómo una sola mirada de tu parte puede hacerme replantear tantas cosas. ¿Tendrás consciencia alguna de todo esto?

Y vuelven, junto con vos, todas esas ilusiones que con tanto afán había intentado tirar a la basura. Já.
Verte caminando por la calle, verme caminando por la calle, me hace pensar en un solo camino.
Verte sonreír, me devuelve el aire que necesito cuando tantos días sin vos se hacen presentes.
Y de vuelta me haces pensar, si siempre tiré de una cuerda imaginaria o si alguna vez encontré la punta de un ovillo al que luego dejé abandonado.
Prometeme, aunque más no sea con una de tus miradas, que alguna vez tu sonrisa va a tener que ver conmigo…
Y déjame soñarte, como siempre, hermoso, cercano y por sobre todas las cosas...MIO.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario