jueves, 17 de noviembre de 2011

¡Foba B!


De vez en cuando, y cuando la vida se pone rara, uno se plantea de verdad para qué cosas ha nacido y entonces el álbum fotográfico de la memoria te regala las mejores imágenes de tu vida, para que vos saques tus propias conclusiones.
Y ahí, aparece siempre presente, ese maravilloso lugar con la magia más inexplicable del mundo.
Lo podemos banalizar y decir que solo es “un trozo de madera” o podemos decir la verdad y reconocer, que es el único lugar en el mundo en el que somos enteramente felices. Y vaya si eso no es importante.
El único lugar en el que tus problemas no están, básicamente porque no sos vos.
El único lugar en donde solo juega el corazón…
Llega el día, no dormís, no comes, te explota el estómago de nervios ¡Pero que feliz que sos!
Nunca falta un mate ni una charla con los compañeros, una mano que te ayuda a terminar con los detalles, algún último retito del profesor…
Y cuando menos lo esperas, estas ahí arriba, encandilado por esas hermosas luces y dispuesto a entregar tu vida y tu alma si es necesario.
Te bajas, festejas, saludas y te vas.
La valija se tiene que llenar otra vez, otra vez volves a casa. Con mamá y papá.
Pero claro, no se parece en nada a esa valija llena de hace 9 meses atrás.
Ahora pesa mucho más, porque con vos te llevas a muchas personas. Porque los kilómetros no te van a separar.
Y finalmente, lagrima/sonrisa mediante, te das cuenta y de una vez por todas ¡Cuánto creciste este año!
Gracias a la vida, por permitirme encontrarlos y encontrarme.
Y por ayudarme a entender un poco, de que se trata esto de vivir.
¡Los quiero!

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